Como la primera vez
- teocreativo
- 28 jul 2022
- 4 Min. de lectura
A pesar de todos lo años y experiencias que he tenido, siempre siento que cada vez que inicio un proyecto es como la primera vez. Porque siempre debemos estar alertas, no siempre los procesos funcionan de manera adecuada; dependemos mucho del equipo, del contenido, de la economía del momento. Son tantos factores los que te rodean, que es imposible pretender que porque has tenido varias experiencias audiovisuales que han funcionado bajo un esquema, siempre eso será igual.

Me he cuestionado porque el mundo en el que me desenvuelvo es un mundo lleno de egos, todo lo que aquí hacemos es para que sea visto, evaluado y comentado. Por supuesto que todos queremos que lo que hacemos sea bien visto, mejor calificado y sobre todo que sea amado por los espectadores. Tener la seguridad que tienes talento, capacidades es muy importante para lograr tus contenidos y para crecer, competir y ganar. Pero, siempre he considerado la prudencia ante cualquier posición ególatra que me impida mejorar, tener la apertura de corregir durante la realización, y tener la voluntad y habilidad para integrar aportes, como también limitar todo aquello que no sea cónsono con lo que tengo en mi mente y corazón.
Para serles honesto, les quiero contar como yo siento las cosas que hago, refiriéndome a mi trabajo audiovisual.
Antes que nada, debe gustarme, me debo enamorar del proyecto. Porque si algo he aprendido en este recorrido es que lo que tú le imprimas en la producción, eso es lo que vas a transmitir. También he entendido, que existe un mundo muy rico en gustos y colores, y no necesariamente porque tú lo consideres bueno, con contenido artístico, innovador los demás lo verán igual.
Cuando trabajaba para la televisión con señal libre, yo tenía que ampararme en una coraza para poder asumir la crítica y los halagos. Porque por ejemplo podríamos tener una audiencia cautiva de unos doce (12) o quince (15) millones de televidentes, de los cuales seis (6) o siete (7) te acompañaban en el rating, alabándote, celebrando el contenido, compartiendo aplausos y siendo fieles a las emisiones de tus programas; pero también había unos dos (2) a cuatro (4) millones de personas más que te podían criticar, odiar y descalificar y un resto más que ni siquiera sabía que existía el programa, no veían televisión o simplemente les gustaba otro canal, otra programación. Y estos números variaban mucho; hubo oportunidades que la receptividad fue muy alta, pero también hubo momentos en los que a pesar que seguíamos lo que había funcionado, algo dejaba de tener novedad y entonces; todos los que en un momento te aplaudieron, tenían conocimiento absoluto para la crítica y observaciones.
Entonces ante esa realidad; aprendí que lo más importante en primera instancia es que tú tengas la certeza que te gusta lo que vas a producir y llenar con tu talento todo lo que lo componga, en concepto,textos, imágenes, música, talentos y el sinfín de elementos que le den personalidad.

Tener en cuenta que cada capítulo, que cada proyecto, cada día de grabación se puede comportar como un desconocido y deberás lidiar con tus mejores herramientas para poder encausar como productor la meta que te hayas fijado, para que luego cuando tú seas el primer espectador de tu trabajo,seas lo más objetivo posible para poder aceptar, incorporar, la opinión de tu equipo para lograr mejoras, para adecuar la forma en que se comunica lo que estás exponiendo, y validar sin que nadie lo sepa cómo es la recepción honesta de tu primera audiencia que es tu equipo de trabajo y el personal que de alguna manera es ajeno, pero ha estado involucrado en la realización. Ese era un termómetro excelente que yo tomaba en cuenta.
Si por ejemplo un camarógrafo que conoce el desarrollo de una escena en pleno campo, siguiendo instrucciones del director o mía como productor general y yo lo siento que se involucra, se ría... Si el equipo, de manera voluntaria da propuestas que complementan el plan de rodaje para mejorar, es un indicio que lo que estás haciendo va por buen camino.

Entonces es importante llegar al campo, o asumir un proyecto audiovisual siempre como una novedad; como si fuese la primera vez. Disfrutarlo, crearlo, enriquecerlo y olvidarnos de las pretensiones. Más aún hoy en día cuando la tecnología ha acercado a la audiencia a la realización y donde los aportes a puntos claves de las nuevas formas de consumir contenidos hace que la misma audiencia sea partícipe de tus proyectos.
Entonces, tienes que estar seguro de quién eres, de lo que deseas producir, del estilo que estás creando. Pero también tener la apertura a escuchar y la madurez de evaluar qué aportes, críticas, propuestas van acorde o no con lo que tienes en mente. Muchas de ellas podrán hacer que el éxito sea mayor. Pero también, tienes que ser cuidadoso de mantener al margen, aquellas personas que buscan cambiar tu propuesta por la suya, por su visión porque entonces tu originalidad no tendrá tu huella. Como diría mi abuelo, al pan pan y al vino vino.
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